5 mitos sobre la impermeabilización de tejados

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Hoy en día, en el mundo de la construcción, pocas cosas son tan cruciales como el tejado o la cubierta de un edificio. Sin embargo, a veces se subestima la importancia de garantizar su integridad a lo largo del tiempo.

Por eso, desde Onduline te detallamos en este blog las 5 falsas creencias más comunes en torno a la impermeabilización de tejados y cubiertas.

Mito 1: “La impermeabilización es solo para tejados con filtraciones evidentes”

La mayoría de las personas piensan que impermeabilizar solo es importante cuando hay filtraciones visibles en el techo, pero es crucial entender que esta práctica va más allá de ser solo una solución reactiva. Impermeabilizar demuestra ser una medida preventiva muy eficaz para alargar la vida útil del tejado y evitar costosos daños a largo plazo.

La percepción de impermeabilizar solo como una respuesta a filtraciones existentes limita su potencial preventivo. De hecho, aplicar un buen sistema impermeable antes de que surjan problemas visibles en el tejado es fundamental para fortalecer la estructura y el soporte de la cubierta y prevenir daños que muchas veces son detectados a simple vista. Este enfoque proactivo actúa como un escudo protector, impidiendo que las inclemencias del tiempo, la humedad y otros factores deterioren gradualmente el techo con el paso del tiempo.

Además, considerar la impermeabilización como una medida preventiva permite abordar potenciales problemas antes de que surjan. Esto incluye detectar y corregir áreas vulnerables que podrían convertirse en puntos débiles en el futuro. Anticipándose y corrigiendo de manera proactiva ayuda a mantener la integridad del tejado, previniendo problemas mayores y garantizando un rendimiento óptimo a lo largo del tiempo.

impermeabilización de tejados

Mito 2: “La impermeabilización es solo para cubiertas planas o de poca pendiente”

Es verdad que las cubiertas planas demandan una atención especial sobre la impermeabilización, por eso es fundamental entender que esta práctica no se limita exclusivamente a este tipo de coberturas horizontales. La impermeabilización no solo es relevante para las cubiertas planas, sino que también tiene beneficios significativos para las cubiertas inclinadas, actuando como un escudo protector contra los elementos de la intemperie y posibles deficiencias, tipos de cobertura, etc.

Durante eventos climáticos adversos, como fuertes precipitaciones, la nieve o el hielo, los tejados inclinados pueden experimentar filtración de agua si no cuentan con una adecuada impermeabilización. Además, limitar la protección impermeable  de toda la cubierta a una única capa, la cobertura, puede resultar arriesgado. Las filtraciones por la cobertura pueden acarrear daños estructurales, pérdida de eficiencia térmica y la formación de moho, afectando así a la calidad y la habitabilidad del espacio interior.

La impermeabilización actúa como una barrera protectora, evitando que el agua se filtre a través de las capas del tejado y comprometa la integridad de la estructura. Además, contribuye a prevenir la corrosión de materiales, la formación de hielo en las pendientes del tejado y otros problemas derivados de las inclemencias del clima.

Mito 3: “La impermeabilización es solo para climas húmedos o de alta pluviometría”

Aunque es indiscutible que la impermeabilización juega un papel esencial en lugares con climas predominantemente húmedos, es importante entender que su importancia va más allá. No es exclusiva de áreas constantemente lluviosas, sino que también se convierte en algo necesario en regiones con climas variables o estaciones lluviosas intermitentes.

Probablemente como consecuencia del cambio climático, las zonas que habitualmente sufrían pocas precipitaciones, cada vez más vemos que sufren eventos extremos de lluvia o granizo, haciendo que la necesidad de dotar de una impermeabilización segura a los tejados en zonas con este tipo de climas variable se justifique por la naturaleza impredecible de las condiciones meteorológicas. En realidad, aunque la precipitación puede no ser constante, la exposición intermitente a la humedad puede tener consecuencias perjudiciales para la estructura del tejado a lo largo del tiempo. La lluvia, la nieve o incluso la humedad ambiental pueden desencadenar procesos de degradación que podrían comprometer la integridad del tejado y, por ende, la del edificio en su conjunto.

Además, la impermeabilización no solo resguarda contra la lluvia directa, sino que también actúa como una barrera contra la humedad acumulada en el aire. La condensación y la humedad ambiental pueden ser igualmente perjudiciales para la integridad del tejado, y la impermeabilización se convierte en la primera línea de defensa contra estos factores.

Rehabilitación cubierta Aduana Valencia con impermeabilización bajo teja Onduline

Mito 4: “La impermeabilización del tejado es solo para grandes proyectos”

A pesar de que los edificios con cubiertas o tejados de grandes dimensiones están más expuestos a la intemperie y a posibles problemas de filtraciones, es vital entender que esta práctica no es exclusiva de las construcciones masivas. Las viviendas particulares y los tejados más pequeños también pueden obtener grandes beneficios de una buena impermeabilización, al ofrecerle una protección crucial contra las adversidades climáticas y así poder mantener su integridad a largo plazo.

La aplicación de impermeabilizantes en viviendas y estructuras menores es vital para evitar daños a largo plazo. Las filtraciones de agua pueden causar problemas estructurales, formación de moho y daños a los materiales de construcción, sin importar el tamaño de la edificación. En este sentido, la impermeabilización actúa como un escudo protector, resguardando contra los efectos nocivos de la humedad y garantizando la durabilidad del techo y la estructura en general.

Mito 5: “La impermeabilización es cara y no ofrece retorno de inversión”

En el mercado podemos encontrar distintas soluciones y sistemas de impermeabilización de cubiertas y tejados, pero incluso optando por los sistemas de mayor calidad y precio, si se compara con el coste total de rehabilitar o construir una cubierta o tejado, el impacto porcentual es muy bajo. Además, es fundamental entender que este procedimiento va más allá del gasto inicial y proporciona beneficios significativos a largo plazo. La inversión en impermeabilización no solo protege la estructura del edificio, sino que también puede resultar en ahorros considerables y mejoras evidentes en la eficiencia energética.

Es cierto que la impermeabilización requiere un cierto gasto inicial, pero es crucial considerar este coste como una inversión y una importante medida de prevención y ahorro de problemas futuros. Al prevenir la filtración de agua y otros daños estructurales, la impermeabilización ayuda a evitar reparaciones costosas en el futuro. Además, la impermeabilización contribuye a mejorar la eficiencia energética del edificio.

La creación de una barrera protectora no solo evita la pérdida de energía causada por filtraciones de aire y humedad, sino que también ayuda a regular la temperatura interior. Esto se traduce en ahorros a largo plazo en costos de calefacción, lo que hace que la inversión inicial en impermeabilización sea una decisión financieramente inteligente.

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