Consejos para seleccionar el tejado ideal para tu reforma

La rehabilitación de un tejado es un proyecto importante que debe abordarse con atención ya que, en la mayoría de los casos, se trata de una intervención compleja, suele suponer un importe económico considerable y, sobre todo, debería ser una inversión a largo plazo. En este artículo vamos a darte algunas claves que debes tener en cuenta si estás valorando rehabilitar el tejado de tu vivienda, aunque también te valdrán si estás pensando en reformar el techo de otro tipo de edificio como un edificio industrial, anexo de jardín o cobertizo. 

Los tejados están expuestos diariamente a los vaivenes del tiempo y, de media, es necesario rehabilitarlos o reformarlos cada veinticinco o treinta años. La durabilidad de un tejado dependerá, evidentemente, de la calidad de los materiales empleados para su construcción, aunque en función del tipo de clima de cada zona geográfica deberemos ser más exigentes en cuanto a las calidades y los tipos de materiales a emplear para su construcción o reforma.

Antes de comenzar, queremos hacer un breve hincapié en que, si estas valorando rehabilitar el tejado de tu vivienda deberías plantearte contar con un proyecto de reforma, es decir, buscar asesoramiento profesional en un estudio de arquitectura o en una empresa rehabilitadora que cuente con experiencia tanto técnica como en obra. Dejarse asesorar por profesionales puede parecerte más caro, pero en realidad estarás invirtiendo en tranquilidad y en buenos resultados. Recuerda que la rehabilitación de un tejado es una inversión a largo plazo. Además, es posible  que necesites una licencia de obra municipal y tengas que pedir permisos al ayuntamiento de tu localidad, generalmente dependerá del cambio en el aspecto exterior de la cubierta. 

Ahora sí, comenzamos con los consejos para escoger el tipo de tejado adecuado para tu reforma:

1º ¿Qué tipo de tejado tengo instalado?

Lo primero que deberás tener claro es qué tipo de tejado tienes instalado. En este artículo nos vamos a centrar en los tejados inclinados y, dentro de estos, en los tejados de teja cerámica o pizarra. Es decir, es posible que tengas un tejado o, mejor dicho, una cubierta plana en vez de inclinada, y este es un aspecto que deberías tener bien claro porque los materiales a utilizar entre ambos tipos son totalmente distintos.

Dentro de los tejados inclinados, la parte externa del tejado es lo que se llama “cobertura del tejado” y no siempre tiene que ser de teja. Los “tejados” como su propio nombre indica, hacen referencia a las cubiertas inclinadas de teja, pero a veces utilizamos esta palabra para referirnos a todo tipo de cubiertas inclinadas. Por ello, también es fundamental que sepas de qué material está compuesta la cobertura de tu tejado, ya que dependiendo de esta variará las posibilidades existentes para la rehabilitación o reparación del tejado.

Por ejemplo, un tejado o, mejor dicho, una cubierta con placas de fibrocemento como cobertura final es una alternativa a los tejados de teja cerámica que en zonas como Galicia ha sido bastante habitual utilizarse en viviendas y no solo en edificios ganaderos o agrícolas.

Si tienes una cubierta de fibrocemento con 20 años o más, es posible que las placas de fibrocemento contengan amianto ya que su prohibición en España se remonta al año 2002. Si es tu caso, deberías saber cuándo se instaló la cubierta con placas de fibrocemento para determinar si contienen amianto o no. En el caso de que así sea, lo más recomendable es desmantelarlas siguiendo la normativa de protección medioambiental y sanitaria como de gestión de residuos peligrosos, para instalar una cubierta o tejado eficiente nuevo sobre la estructura existente, si es que está en buen estado.

Otra posibilidad es que la cobertura de la cubierta inclinada sea de algún tipo de placa o panel metálico de aluminio, acero, zinc o cobre. En este artículo no vamos a hablar de este tipo concreto de cubiertas ya que su reparación suele ser más compleja que la de los tejados de teja, por lo que si tienes algún tipo de problema puntual, lo mejor es contactar con las empresas especializadas en este tipo de cubiertas metálicas, ya que son bastante diferentes de instalar respecto a los tejados tradicionales de teja o de pizarra.

2º ¿Qué problemas de tejado y qué necesidades tengo?

En segundo lugar, resulta muy importante tener claro qué problemas existen en el tejado y qué patologías provocan o podrían producir tanto en el interior del techo como en las paredes, fachada, etc. Lo más probable es que si te estas planteando rehabilitar el tejado de tu vivienda es porque ya tienes algún tipo de problema. Los problemas de tejado más frecuentes son las filtraciones o goteras, las humedades, la pérdida excesiva de calor por falta o insuficiente aislamiento térmico, y el ruido derivado de la falta de un aislamiento acústico adecuado. En función de cuál sea el problema o problemas de tejado que tengas deberás plantear las soluciones adecuadas para arreglarlos y evitarlos en el futuro, durante el mayor tiempo posible.

Cabe decir que, ante determinados problemas como la falta de aislamiento térmico o acústico, las reparaciones por el exterior de la cobertura del tejado no suelen ser soluciones de calidad sino alternativas a corto plazo y parches puntuales. Otra cuestión es que puedas actuar por el interior del tejado, por ejemplo en buhardillas no habitables, donde puedes permitirte reducir la altura del techo para incorporar un aislamiento térmico o acústico por el interior del techo. En definitiva, si tu tejado tiene una cobertura de teja cerámica o pizarra y tienes problemas de falta de aislamiento térmico o acústico, nuestra recomendación es la rehabilitación energética del tejado o analizar la viabilidad de mejorar el aislamiento del tejado desde el interior.

Respecto a los problemas de goteras, filtraciones o humedades, su solución dependerá del tipo de problema y patologías existentes en el tejado. Es muy distinto empezar a sufrir una gotera puntual que venir sufriendo problemas de filtraciones durante tiempo sin lograr resolverlo eficazmente. En este sentido, deberás ser realista con tu situación. Cuando el problema persiste, es probable que no se deba a una mala colocación puntual de la teja o a un remate concreto del tejado, sino a un problema distinto y general, más complejo de reparar puntualmente, como pueden ser: contar con un sistema de impermeabilización de tejado inadecuado, un deterioro importante de la impermeabilización, la utilización de materiales inadecuados para la pendiente del tejado, sistemas de evacuación de agua mal dimensionados que no funcionan correctamente, etc. 

Cuando se trata de impermeabilizar un tejado de teja es posible encontrar productos diseñados para actuar como reparadores que se aplican directamente por encima de las tejas. Nosotros solo te recomendamos acudir a este tipo de productos si tu situación económica para abordar la rehabilitación del tejado es comprometida y deberás ser consciente de que lo que conseguirás es alargar un poco más la vida útil del tejado, sin arreglar el verdadero problema existente. No obstante, si tienes otros problemas de tejado como la humedades o condensaciones, generalmente producidas por la falta de ventilación, con el encapsulamiento del tejado con este tipo de productos es posible que se agraven los problemas de humedades por condensación ya que se suele cegar aún más la poca ventilación existente en el tejado.

Por todo ello, nuestra recomendación a la hora de eliminar las goteras o humedades en cubierta de forma definitiva es siempre actuar por debajo de la teja. 

Para ello, se debería instalar un buen sistema de impermeabilización de tejados y será necesario que primero se retire toda la teja para revisar el estado del soporte y de la impermeabilización o el aislamiento en caso de que existan, para posteriormente colocar un aislamiento térmico y una impermeabilización bajo teja de calidad que garantice la estanqueidad y que permita la ventilación del tejado. Finalmente se vuelve a colocar la teja.

Siguiendo estos pasos estaremos seguros de que hemos hecho las cosas bien y de que nuestro tejado será energéticamente eficiente y estará protegido durante muchos años gracias a la impermeabilización bajo teja, aunque se muevan o rompan algunas tejas.

3º Sostenibilidad, eficiencia energética y confort habitable

Por supuesto, no podemos olvidarnos de cuestiones tan importantes como la sostenibilidad y la eficiencia energética a la hora de rehabilitar nuestro tejado. En este sentido, disponemos de alternativas más o menos sostenibles a la hora de escoger los materiales para rehabilitar o reformar nuestro tejado. Un claro ejemplo de ello es la teja cerámica, un material milenario compuesto 100% de materias primas naturales, cuyo proceso de envejecimiento y reciclabilidad es altísimo.

En cuanto a los impermeabilizantes, un buen ejemplo son las placas bajo teja de Onduline cuyo porcentaje de material reciclado es superior al 50%, certificado con el VAR 1016, y cuya huella de carbono es muy baja, como refleja su declaración ambiental de producto (DAP). 

Respecto a los materiales aislantes térmicos y acústicos utilizados en los tejados, se han producido muchas innovaciones de producto y en la actualidad disponemos de muchas alternativas sostenibles como la fibra de madera, el corcho natural, la lana de roca o incluso derivados plásticos como el XPS, un aislante térmico muy utilizado en la construcción que, aunque pueda sorprender, es “reciclado y reciclable al 100%” tal y como defienden desde AIPEX.

En cuanto a otros materiales de construcción de tejados como la madera, muy utilizada para las estructuras, los rastreles o incluso para la fabricación de paneles sándwich de cubierta como el panel sándwich ONDUTHERM, es posible acudir a la documentación aportada por los fabricantes para valorar si cumplen con criterios de sostenibilidad como la explotación forestal controlada y la gestión sostenible de la madera. Los certificados PEFC y FSC serían los indicadores clave en este caso, así como las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP) en general.

Otro criterio muy importante tanto desde la perspectiva de nuestra posible contribución a la sostenibilidad medioambiental como al ahorro económico y al confort de la vivienda, es la mejora de la eficiencia energética. Este es un término muy de moda actualmente y no es para menos.

Por un lado, en España tenemos un problema importante de contaminación. Nuestro parque de viviendas tiene 45 años de media y una calificación energética E (de los peores niveles de la escala). Esto implica que las viviendas españolas sean responsables de aproximadamente el 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se traduce en 29.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera que podríamos evitar o, al menos, reducir drásticamente si mejoramos la eficiencia energética de nuestras viviendas. 

Rehabilitando energéticamente nuestro tejado estaríamos contribuyendo a ambas cuestiones de manera notable y que, precisamente el tejado es el responsable de un 30% de las pérdidas energéticas de los edificios. Pero además, llevamos varios meses siendo testigos de cómo los costes de la energía se incrementan notablemente. El precio de la luz y del gas están pulverizando récords desde que se tienen registros y, desgraciadamente, no parece que la situación vaya a remitir a medio plazo.

Por todos estos motivos y si, además, tenemos en cuenta las subvenciones a la rehabilitación energética de viviendas puestas a disposición de las CCAA, actualmente estamos en un momento muy interesante para valorar la rehabilitación energética del tejado de nuestra vivienda e invertir en la instalación de un buen aislamiento térmico e impermeabilización. De esta forma, no solo contribuiremos a reducir la emisión de gases contaminantes, sino que ahorraremos bastante en costes energéticos y mejoraremos el confort habitable de nuestra vivienda, revalorizando el inmueble.